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jueves, 29 de noviembre de 2012

Trabajo final: Conceptos XVII


El simbolismo interaccionista. 
El Interaccionismo simbólico es una corriente de pensamiento microsociológica, relacionada con la antropología y la psicología social que basa la comprensión de la sociedad en la comunicación y que ha influido enormemente en los estudios sobre los medios. El Interaccionismo simbólico se sitúa dentro del paradigma de la transmisión de la información: emisor-mensaje-receptor, junto a otras teorías como la Mass Communication Research y la Teoría crítica. En este paradigma, la comunicación se considera instrumental, es decir, los efectos del mensaje se producen unilateralmente sin tener en cuenta a la audiencia.
Antecedentes para el pragmatismo norteamericano (Dewey), articulado sobre los conceptos de utilidad e interés, la realidad se configura dinámicamente dentro del sujeto a través de su experiencia del mundo y de su relación con la sociedad. La concepción de que mente, sujeto y mundo no son realidades estáticas sino procesos que interactúan constituyéndose entre sí, plantea que nuestra interacción con los objetos viene determinada por el régimen simbólico de los signos. La comunicación sitúa al individuo en un sistema de mutuas relaciones, propuestas comunes y oportunidades de compartir experiencias, discursos y planteamientos. La Escuela de Chicago (Cooley, Lippmann, Park, Mead y Blumer) surge en EE.UU. en los años 20 en un contexto de aparición de la opinión pública moderna, el desarrollo de las tecnologías de la información, el sistema democrático y la inmigración europea. Estudian la comunicación como un hecho social significativo y muestran un considerable interés por la opinión pública. Inauguran el conductismo social en un contexto en que o bien se trabajaba con el individuo como una máquina aislada (conductismo mecanicista) o bien con la sociedad como una máquina aislada (funcionalismo). Los objetos de estudio más significativos de esta escuela son la Ecología humana, la relación individuo-comunidad y la interpretación como factor fundamental en la comunicación.


Semiología. 
La semiología es una ciencia que se encarga del estudio de los signos en la vida social. El término suele utilizarse como sinónimo de semiótica, aunque los especialistas realizan algunas distinciones entre ambos.
Puede decirse que la semiología se encarga de todos los estudios relacionados al análisis de los signos, tanto lingüísticos (vinculados a la semántica y la escritura) como semióticos (signos humanos y de la naturaleza).
El suizo Ferdinand de Saussure (1857-1913) fue uno de los principales teóricos del signo lingüístico, al definirlo como la asociación más importante en la comunicación humana. Para Saussure, el signo está formado por un significante (una imagen acústica) y un significado  (la idea principal que tenemos en mente respecto a cualquier palabra).
El estadounidense Charles Peirce (1839-1914), por su parte, definió al signo como una entidad de tres caras, con un significante (el soporte material), un significado (la imagen mental) y un referente (el objeto real o imaginario al cual hace alusión el signo).
La semiología señala que el signo lingüístico tiene cuatro características fundamentales, que son la arbitrariedad, la linealidad, la inmutabilidad y la mutabilidad.
Entre las ramas de la semiología, se encuentran la semiología clínica (en medicina, el estudio de los signos a través de los cuales se manifiesta una enfermedad), la zoosemiótica (el intercambio de señales entre animales), la semiótica cultural (el estudio de los sistemas de significación creados por una cultura) y la semiótica estética (el estudio de los niveles de lectura de obras de arte de diversas técnicas o disciplinas).


Socialismo científico. 
El marxismo se alejaba de los postulados teóricos, reformistas, idealistas y supuestamente irrealizables del socialismo utópico.
La Revolución de 1848 constituyó un momento clave en el desarrollo de esta nueva corriente socialista pues, una vez frustrada, el marxismo remplazó al socialismo utópico como corriente ideológica obrerista dominante, erigiéndose en motor y referente de buena parte de los movimientos revolucionarios de la segunda mitad del siglo XIX y XX. Fue precisamente en 1848 cuando se publicó el "Manifiesto comunista”, la obra más conocida del marxismo.
Las ideas marxistas no conforman un bloque unitario, pues los escritos de Marx han ido completándose con el tiempo y han sido objeto de notables revisiones.
El socialismo científico o marxismo presenta influencias de corrientes anteriores, destacando las que proceden de la filosofía alemana hegeliana (materialismo dialéctico), la del ideario de revolucionarios como Babeuf y la de activistas obreros como Blanqui.

Sociolingüística
“Dominio de la lingüística que estudia las relaciones entre el lenguaje y los comportamientos sociales. En este sentido, se ocupa de la descripción de las normas sociales que determinan el comportamiento lingüístico. Otro de sus temas fundamentales es el estudio de las variaciones lingüísticas vinculadas con comportamientos sociales y la relación del lenguaje con los diferentes contextos comunicacionales”. 

La sociolingüística es la disciplina que estudia los distintos aspectos de la sociedad que influyen en el uso de la lengua, como las normas culturales y el contexto en que se desenvuelven los hablantes; la sociolingüística se ocupa de la lengua como sistema de signos en un contexto social. Se distingue de la sociología del lenguaje en que esta examina el modo en que la lengua influye en la sociedad. La sociolingüística también tiene puntos en común con la antropología lingüística y con la pragmática.
Sociedad de masas. 
Durante el siglo XX se produce un tránsito desde una sociedad industrial y burguesa, característica del siglo anterior, a una sociedad de ocio y consumo: la sociedad postindustrial. Aparece el concepto de masa para referirse a grupos grandes de personas anónimas y heterogéneas.
Según el diccionario, masa podría definirse como “La gente en general, el pueblo”.Nietzche, por otra parte, la definió como “un rebaño de ovejas hasta que no esté organizada. No estoy de ningún modo en contra de ella. Solamente niego que pueda gobernarse por sí misma”. También podemos resaltar la opinión de Ortega y Gasset, quien decía que masa “es todo lo que se valora a si mismo –ni en bien ni en mal- mediante razones especiales, pero que se siente <> y sin embargo no se angustia, es más, se siente a sus anchas al reconocerse idéntico a los demás”.

La comunicación de masas es la que, partiendo de un emisor, tiene como receptor a una masa. Para que esta comunicación sea posible son necesarios unos medios mucho más sofisticados que en la comunicación interpersonal. Desde la simple imprenta y la difusión de la prensa hasta los modernos sistemas de comunicación que permiten las nuevas tecnologías de la información: radio, cine, música grabada, televisión. La historia de los medios de comunicación de masas es el fruto de una compleja interrelación entre tecnología, situación socioeconómica, necesidades y relaciones sociales.
"Las masas están constituidas por una agregación homogénea de individuos que – en cuanto miembros- son sustancialmente iguales, no diferenciales, aunque procedan de ambientes distintos, heterogéneos, y de todos los grupos sociales.

Las masas además se componen de personas que no se conocen, especialmente separadas unas de otras, con escasas o ninguna posibilidad de interactuar. Finalmente, las masas carecen de tradiciones, reglas de comportamiento, leadership y estructura organizativa"
Sociología comprensiva
El ejercicio de la comprensión de fenómenos interindividuales o de carácter colectivo pasa por el estudio del comportamiento del individuo y la aprehensión de los sentidos de la interacción subjetiva contextualizada temporalmente. La sociología comprensiva no se aboca al estudio de los fenómenos fisiológicos, biológicos ni de la interioridad psíquica del individuo (placer, displacer y estados emocionales). Su propósito es el estudio de las referencias típicas orientadas por una acción provista de sentido mentado (subjetivo) y externo que persigue influir o transformar la conducta de otro.
Max Weber en uno de los Ensayos sobre Metodología Sociológica define el alcance de la comprensión cualitativa y empírica de la conducta humana en los siguientes términos:
Al igual que todo acaecer, la conducta humana ("externa" o "interna") muestra nexos o regularidades. Sin embargo, hay algo que es propio solamente de la conducta humana, al menos en sentido pleno: el curso de regularidades y nexos es interpretable por vía de comprensión. Una "comprensión" de la conducta humana por medio de interpretación contiene ante todo una "evidencia" cualitativa específica, de dimensión singularísima. El que una interpretación posea esta evidencia en medida muy alta nada prueba en sí en cuanto a su validez empírica. En efecto, un comportamiento igual en su curso y su resultado externos puede descansar en constelaciones o motivos de índole muy diversa, entre los cuales los comprensibles de manera más evidente no siempre han sido los realmente en juego. Antes bien, el "comprender" determinado nexo ha de ser controlado, en la medida de lo posible, con los métodos usuales de la imputación causal antes de que una interpretación, no importa cuan evidente, pase a ser una "explicación comprensible" valida. Ahora bien, la interpretación racional con arreglo a fines (Zweckrationales) es la que posee el grado máximo de evidencia (Weber 1958a, 175-176).
En el proceso de comprensión de la acción social sobresale la importancia de la objetividad del procedimiento metodológico, a través de su expresión empírica, pero además Weber considera importante el tratamiento de aquellos aspectos que atienden a "constelaciones o motivos de índole diversa", esto es, las motivaciones subjetivas que orientan las preferencias de los individuos, la voluntad, los juicios de valor y los fines de la actuación.

 Sociología empirista
Uso de métodos sistemáticos de investigación, pensamiento teórico y examen lógico de argumentos para llegar a un cuerpo de conocimiento sobre un objeto particular.
Al igual que al resto de las Ciencias Sociales, la Sociología es una disciplina científica porque implica métodos de investigación sistemáticos, análisis de datos y examen de teorías a la luz de la evidencia y de la discusión lógica. El hecho de que no podamos estudiar a los seres humanos igual que los objetos de la Naturaleza pues en ciertos aspectos va a representar una ventaja para la Sociología, pero también crea dificultades que no van a tener los científicos de la Naturaleza.
El primer problema es la objetividad, ante él la aspiración del sociólogo en estos casos debe ser la de hallar un distanciamiento tanto en la investigación como en el pensamiento teórico para intentar estudiar el mundo social sin prejuicios.
La Objetividad en la Sociología se va a alcanzar sobre todo mediante la crítica entre los diferentes teóricos sociológicos. Muchos objetos de la Sociología van a estar sujetos a controversias, formas de pensar diferentes pero mediante el debate público, mediante el examen de pruebas y la estructura lógica de los argumentos. Las cuestiones pueden analizarse de forma eficaz y satisfactoria. En el imperismo sociológico impera la razón fundamentada con una investigación.
Sociedad capitalista.
La sociedad capitalista moderna se caracteriza por un desarrollo técnico sin precedentes. En los países adelantados, por lo menos, los medios de producción han llegado a un nivel fantástico. Al mismo tiempo, el sistema se ha complicado grandemente, y parece casi incomprensible para cualquier observador. La complejidad va acompañada de un gran aislamiento entre los individuos.
Nada de esto es obra del azar, sino de la necesidad que el sistema capitalista tiene de sacar el máximo de ganancias. Impulsado por la propia dinámica de su desarrollo, no podía ya quedarse en el sistema del laissez-faire del siglo XIX y en la organización de la sociedad correspondiente a él, es decir, en la organización basada sobre un gran número de pequeños capitalistas individuales que luchaban entre sí en el mercado. Para seguir existiendo, al régimen le era preciso aumentar la productividad del trabajo, puesto que del trabajo extrae sus ganancias. Todo obrero, todo empleado, sabe perfectamente que el patrón trata siempre de hacerles aumentar el ritmo y el rendimiento, y, por su parte, luchan constantemente contra esta tendencia. A fin de aumentar la productividad, el capitalismo pone en funcionamiento máquinas cada vez más complejas y en número cada vez mayor; simultáneamente, utilizan forma creciente los descubrimientos científicos, para mejorar con ellos el sistema de producción.
Televisión.
Es un medio que comunica imágenes a distancia mediante estímulos visuales y acústicos. La transmisión técnica se lleva a cabo por ondas hertzianas, difundidas desde un centro emisor hasta los receptores particulares por una antena, satélite o cable. La información se reproduce en un receptor compuesto básicamente de una pantalla luminosa, donde se representan las imágenes, y unos altavoces que reproducen el sonido. http://helios.dci.ubiobio.cl/cidcie/diccionario/reg_iguales_invitado.php?entrada=Televisi%F3n
Teoría de la acción. 
Al plantearnos describir el modelo de comunicación que se establece a través de las páginas web personales adoptamos como estructura clave la Teoría de la Acción Comunicativa de Jürgen Habermas. En principio esta teoría está basada en la relación comunicacional lingüística. Esta composición estructural nos lleva a tomar como elemento de referencia, estructuras de funcionamiento que no son iguales con las que trabajamos en este contexto. No cabe duda por otra parte que dicho constructo es un sólido baluarte desde el que poder analizar procesos comunicativos desde su esencia.
La estructura conceptual de esta teoría en la parte en la que desarrolla los mecanismos de Acción Comunicativa se retrotrae a la explicación de otros tipos de acciones sociales que se extraen de las relaciones entre actor y mundo. Este esquema genealógico nos sirve para detallar los procesos que hacen que en el seno del Ciberespacio se constituya un entorno de Racionalidad Comunicativa fuertemente desarrollado.
Como nudo conductor para explicitar dicha racionalidad es necesario remitirse al concepto de "entendimiento" que se alcanza como un acuerdo racional entre actores donde se evalúan las "pretensiones de validez" como representaciones simbólicas del saber.
La "racionalidad comunicativa" se establece de esta forma desde las distintas posibilidades de generar el discurso y en las relaciones que a través de la "acción comunicativa" los actores realizan con el mundo. Habermas elige la teoría popperiana del "Tercer Mundo" para explicitar las relaciones actor-mundo. Desde este punto comienza a explicitar las implicaciones de los conceptos asociados a las "pretensiones de validez" en la racionalidad.
Teoría de la aguja hipodérmica. 
“Cada miembro del público de masas es personal y directamente atacada por el mensaje” (Wright, 1975). Con esta frase se sintetiza y se define adecuadamente lo que la teoría de la aguja hipodérmica sostiene.
Históricamente, la teoría de la aguja hipodérmica (o teoría de la bala mágica) coincide con el peligro de las dos guerras mundiales y con la difusión a gran escala de las comunicaciones de masas. Se comenzó a definir cuando la mirada se concentró en los efectos que tuvo la propaganda durante los conflictos.
La teoría plantea que la manipulación es posible ya que frente al enorme y creciente poder de los medios, no hay ningún elemento de resistencia; el mensaje se dirigirá por los medios de comunicación de masas, a partir de ahí, es posible crear un estímulo, un mensaje tan fuerte que se “inyecte dentro de la piel de cada miembro de la sociedad” (de ahí el nombre “aguja hipodérmica”). Entre emisor y receptor, entre estímulo y respuesta no hay ninguna intermediación que impida conseguir los objetivos, hay una relación directa de causa-efecto, algo mecánico.
Teoría del aprendizaje por la observación.  
Desde su primera formulación sistemática (Bandura y Walters, 1974), la teoría cognitiva social ha acentuado la importancia del aprendizaje por observación dando lugar a una gran cantidad de investigaciones sobre la influencia del «modelado» sobre la conducta humana. En todos las culturas, los niños adquieren y modifican patrones complejos de comportamientos, conocimientos y actitudes a través de la observación de los adultos. Bandura dice que «afortunadamente, la mayor parte de la conducta humana se aprende por observación mediante modelado». Esta afirmación tiene su explicación en el hecho de que si las conductas se aprendiesen sólo por ensayo y error los procesos de desarrollo se verían muy retrasados y los individuos quedarían a merced de las consecuencias de sus errores. El aprendizaje observacional acelera y posibilita el desarrollo de mecanismos cognitivos complejos y pautas de acción social. Cuando la imitación está seriamente dañada, los procesos de humanización se hacen extremadamente difíciles y las personas que los padecen muestran deterioros funcionales importantes.
Las primeras investigaciones realizadas por Bandura sobre el aprendizaje por observación se realizaron sobre conductas agresivas. Uno de sus primeros experimentos fue el que realizó con Walters en 1963. En éste dividió a una serie de niños en tres grupos:

- El primer grupo ve una película de un niño que es premiado por realizar una conducta agresiva con un muñeco.
- El segundo grupo ve al mismo niño que es castigado por esa conducta agresiva.
- El tercer grupo ve al niño que no es ni castigado ni premiado por su conducta.
En la fase de prueba a los niños se les dejó en la habitación con los mismos elementos que había en la película.En un segundo momento se ofrecen premios por repetir las conductas observadas en la película.
Los resultados muestran cómo en la fase de prueba los niños del segundo grupo realizan menos conductas agresivas, pero cuando se les ofrece recompensas los tres grupos aumentan sus conductas agresivas.
Observaron, por ejemplo, que los modelos reales son más eficaces que los filmados en la evocación de pautas imitativas de agresión, que los niños expuestos a modelos agresivos no solamente realizaban respuestas imitativas específicas sino también (comparándolos con niños expuestos a modelos no agresivos) un número más elevado de conductas agresivas no imitadas, y por último que la observación de modelos agresivos tiene efecto desinhibitorio de la agresión tanto en niños como en adultos.
Teoría de la audiencia y el efecto.
No existe un cuerpo unificado de teoría del efecto (importancia teorías del efecto sobre otras teorías, ya que la mayoría basadas en supuesto que efectos se repiten con regularidad predecible y demostrable).
“El estudio de cómo se generan los efectos de los medios de comunicación siempre ha sido pluridisciplinar y que a menudo han cooperado la sociología y la psicología, aportando la primera las hipótesis generales y la segunda los modelos de aprendizaje y de cambio de actitud, los métodos experimentales y los procedimientos prácticos”
“Lo que importa para la teoría del efecto es que los significados de los mensajes y, por tanto, sus consecuencia están abiertas a cierta negociación, según la situación y los recursos de la audiencia”
Como señala Rodrigo Alsina (1989), la historia de la Mass Communication Research está dominada por la consigna positivista Saber para preveer, preveer para poder, de esta forma, desde el comienzo, el área de estudio privilegiada ha sido la teoría de los efectos sobre las audiencias, esto es, conocer cuáles eran las reacciones del público frente a las propuestas mediáticas con el objeto de obtener las claves para conducir el comportamiento de las masas.
Pero la historia de la investigación de la comunicación, pone en evidencia, que tanto desde una perspectiva teórica como empíricas, las predicciones desarrolladas no siempre fueron acertadas, en efecto, los diferentes modelos que fueron desarrollándose con el objeto de explicar el comportamiento de las audiencias, han oscilado entre la omnipotencia hasta la irrelevancia de la capacidad de los medios para influir en el público hacia el cual dirigen sus mensajes.
Las primeras corrientes de la escuela norteamericana, estuvieron notablemente influídas por el conductismo, escuela psicológica que considera la conducta humana como una respuesta frente a estímulos externos. Está influencia teórica será evidente particularmente en la teoría hipodérmica cuya concepción de la audiencia se condice claramente con la concepto mecanicista de la conducta que subyace a la escuela conductista.
La Mass Communication Research, surge en los EEUU, impulsada por universidades a pedido de instituciones públicas o privadas tales como empresarios mediáticos, organismos de defensa gubernamentales y partidos políticos. Efectivamente, muchos de estas investigaciones buscaban el desarrollo de instrumentos que permitieran actuar sobre la población de manera eficaz, esto es, afectar la conducta de los individuos, en este sentido, esta línea de investigación se diferenciará de la Escuela de Frankfurt que habría de abordar el fenómeno mediático desde la problemática que implicaría para la sociedad en su conjunto (y no en función de comportamientos individuales).
Teoría de la audiencia activa. 
Las audiencias son activas, eso (por lo menos dentro de la academia) ya no se discute. Hace tiempo quedaron atrás las caracterizaciones que asumían receptores pasivos, situados “al final” del proceso comunicativo y expuestos de manera directa y personalizada al influjo de los mensajes mass-mediáticos, como en el modelo de la “teoría hipodérmica”. Este modelo y las presuposiciones que lo sustentaban fueron descartadas nada más al empezar a conducir investigación empírica, las que inmediatamente mostraron un panorama de interacciones mucho más complejo que el sugerido por la metáfora hipodérmica. Las investigaciones de campo (y en menor medida los experimentos de laboratorio) rápidamente hicieron evidente que la influencia de los medios estaba mediada por diferentes factores psicológicos e interacciones sociales (un argumento que de hecho es central en las acusaciones de “nuevo revisionismo” lanzadas Curran).
Ahora, en las palabras de Silverstone (1999; 57-58), “se presupone que, en algún sentido, [la audiencia] es activa; que mirar y escuchar y leer requieren de cierto grado de compromiso, de cierto tipo de elecciones, de cierto tipo de consecuencia. Se presupone que nos acercamos a los medios como seres sentientes. […] Y se presupone que los significados que construimos que involucran a los medios, que los requieren o que dependen de ellos, son significados como cualquier otro y por lo tanto son producto de nuestra capacidad, en cuanto seres sociales, para estar en el mundo”.
Esta capacidad, que puede resultar en el lector, telespectador o radioescucha “haciendo lecturas críticas/opuestas de las formas culturales dominantes, percibiendo mensajes ideológicos selectiva/subversivamente, y así por el estilo” (Morley, 1994; 255), es posible porque, como el mismo Morley señala (1992; 83), “[todo] mensaje es, inevitablemente, polisémico”. Es posible porque, como nos enseñaron Hall (1977) y Eco (1985), y Livingstone (1994; 249) nos recuerda, el proceso de codificación puede diferir críticamente del proceso de decodificación. Los mensajes de los medios son de hecho sólo un componente del proceso infinitamente más complejo de mediación, al que los miembros de las audiencias llevan sus diferentes contextos socio-culturales, sus necesidades, sus expectativas, sus prácticas cotidianas, sus diferentes experiencias. Un proceso (el de mediación) que, como Silverstone (1999; 14) argumenta, “nunca es completo, siempre es transformativo”.
Teoría autoritaria: transmitir la ‘alta’ cultura.
Esta tradición normativa es también llamada ‘corporativista’. 
Esta teoría ha predominado durante muchos siglos. Según ella en la sociedad hay una estratificación jerárquica natural desde emperadores, reyes, aristócratas, clérigos… hasta los agricultores y artesanos (‘gente de la gleba’), o desde los caciques hasta el último de la tribu. En ella cada uno tiene un papel concreto que realizar dentro de una cosmovisión
sacro-religiosa (Menache, 1990) y racional. Lippman (1955: 81) dice que en ellas funcionan “las leyes universales del orden racional”.
Esta tradición ha sido la que más ha durado en la historia, y la que se ha usado en más culturas. Fue defendida por grandes filósofos, como Platón, Macchiavelo, Hobbes, Rousseau, y especialmente por Hegel (Rivers, Schramm, and Christians, 1980).  
Los de los altos estratos creían que su  cultura y civilización eran la verdadera.
Juzgaban que el fin de la comunicación pública era conservar el patrimonio cultural, explicarlo y difundirlo (Siebert et al., 1956; McQuail, 1994: 127). De aquí que el objetivo de la comunicación para ellos era transmitir esta alta cultura a las generaciones futuras. Un instrumento clásico de dominio fue la lengua. Hasta los incas trataron de imponer su lengua a algunos grupos mapuches (del norte de Chile) donde mandaban. Los franceses. Aun hoy día en EE.UU. sólo se reconoce como lengua oficial el inglés.
Para llevar adelante tal proyecto, una academia de sabios se encargaba de la cultura, especialmente de la alta cultura, y de formar los comunicadores públicos y rectores. Esta formación no consistía tanto en aprender técnicas de comunicación, sino en interiorizar los valores culturales de esa sociedad para poder transmitirlos. Se le llamó educación liberal, pues con ella se les preparaba a decidir libremente sobre el futuro de la sociedad. El cuerpo de sabios aprobaba oficialmente a los nuevos comunicadores públicos, que se distinguían de los charlatanes (Abbot, 1983: 886-914) y estafadores (Preston, 1975: 35).
Al estar tales comunicadores públicos bien entrenados y seleccionados, no se necesitaba excesivo control estatal sobre ellos. El gobierno, al crear Códigos de Ética para cada profesión (Buel, 1981: 64), estableció también los de la comunicación de acuerdo con los sabios. Y en base a ellos podía o censurar o autorizar las nuevas publicaciones. 
Ante el crecimiento de la cultura de masas surgieron los pesimistas: Alexis de Tocqueville (1805-1859; publicó su libro más importante en 1862), Emile Durkheim (1858-1917; su libro en 1968), José Ortega y Gasset (1883-1955; su libro en 1972). Para éstos, al avanzar la democracia, la masa se haría más fuerte, lo que podría causar la decadencia de la civilización occidental. Por lo que, según ellos, los medios deberían mantener la alta cultura.
Teoría de la bala mágica.
Teoría que explica que los mensajes de un medio de comunicación deben ser captados por la audiencia de manera uniforme, no parecido ni semejante, sino de la misma manera en todo el público para que las reacciones de éste sean disparadas por estímulos.
Esto quiere decir que el individuo que capte la información debe tener reacciones como emociones, urgencias interiores, entre otros.
Se originó después de la primera guerra mundial ya que durante ella los medios de comunicación empezaron a convencer (persuadir) a las personas para que dieran su vida en el conflicto. Los medios como un arma de manipulación social por medio de propaganda incesante.
¿Qué se quiso demostrar con la teoría de la bala mágica?
Que los medios eran poderosas armas de concientización parcial, también conocido como a conveniencia. Que los medios de comunicación tenían el poder de moldear la opinión pública y volcar a las masas hacia el punto de vista que prefiera.
Teoría del cambio lingüístico.
Se llama cambio lingüístico al proceso de modificación y transformación que, en su evolución histórica, experimentan todas las lenguas en general, y las unidades lingüísticas de cada uno de sus niveles en particular. El cambio lingüístico se diferencia de la variación lingüística en que en el primero las modificaciones son diacrónicas y, por tanto, las estudia la lingüística histórica, mientras que las variaciones son sincrónicas y la analiza, entre otras disciplinas, la sociolingüística. El cambio lingüístico es un proceso interno de la lengua que no tiene nada que ver con el cambio de lengua o sustitución lingüística que es un proceso condicionado por factores externos.
Dos factores que han intervenido desde siempre en el cambio lingüístico han sido los préstamos y la analogía, el primero es un ejemplo de causa externa y el segundo de causa interna. Los cambios lingüísticos se agrupan por conveniencia en tres niveles: el cambio fonético, el cambio morfosintáctico y el cambio léxico-semántico.
Teoría Cambio social. 
Cambio social: “Toda transformación observable en el tiempo, que afecta, de una manera duradera, a la estructura o funcionamiento de una sociedad dada y modifica el curso de su historia”.
Puede ser un fenómeno colectivo (no cambio individual), fenómeno estructural (no coyuntural), tiene lugar en el tiempo (no en el espacio), presenta cierta permanencia o afecta a la historia de un colectivo.
Teorías del cambio: lineales de principio a fin (teorías evolutivas) basándose en la sociología clásica (Comte, Spencer).
Cíclicas: basándose en Toynbee y Spengler como: (Cíclico-lineales de Weber) Ciclos estructurales y Momentos coyunturales. Los factores pueden ser Demográficos, económicos, tecnológicos culturales,  ideológicos o la importancia de las élites

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